Nos acercamos al final de un año que nuevamente ha exigido de la industria alimentaria en general, y del sector de snacks y frutos secos en particular, un gran esfuerzo para dar respuesta a los múltiples retos derivados de un contexto global todavía marcado por las consecuencias de la pandemia, a los que además se ha unido un conflicto bélico que ha tensionado al máximo (todavía lo sigue haciendo) el mercado de materias primas y energía.

Un año en el que, otra vez, las empresas de nuestro sector han tenido que dar lo mejor para encontrar soluciones a las dificultades logísticas, comerciales y económicas, y, a la vez, seguir dando respuesta a las exigencias de un consumidor informado y comprometido tanto a nivel social como medioambiental.

Un año que ha demostrado de nuevo el importante rol protagonista de nuestras categorías de producto en esos momentos de celebración tan especiales en los que el consumidor comparte con familiares y amigos y que evidencian el acierto de los ejes en los que nuestras empresas han centrado sus actividades y estrategias de negocio:

-Asegurar y diversificar el suministro de productos naturales, manteniendo una estrecha colaboración con el sector agrícola local para el aprovisionamiento de materias primas clave como patatas, cereales o semillas.

-Seguir impulsando la sostenibilidad en todas las fases de la cadena de valor, mediante el diseño y aplicación de procesos que consuman menos energía y agua, generalizando el uso de envases plenamente sostenibles –reciclables o biodegradables– que, a su vez, sigan garantizando la óptima conservación del producto. En este ámbito, nuestro sector ha logrado ya importantes avances, como utilizar un 50% de energías renovables, seguir progresando en el objetivo de residuo cero y lograr ahorros de agua cercanos al 30%.

-Mantener la labor de innovación que el sector viene desarrollando durante los últimos años, para seguir ofreciendo al consumidor la más amplia variedad de opciones y alternativas que respondan a sus preferencias y necesidades. Una innovación enfocada en la variedad de opciones, el sabor y la funcionalidad y que sigue avanzando, también, en la reducción de grasas y sodio, una labor en la que el sector de snacks es pionero y que viene realizando desde hace décadas, acumulando ya importantes porcentajes de reducción en colaboración con las autoridades sanitarias y de consumo.

Por otro lado, 2022 ha sido un año especial para los elaboradores de snacks porque, después de una pausa de 4 años obligada por la pandemia, hemos podido celebrar una nueva edición, la XV, del Seminario de Aperitivos, el mayor encuentro de nuestro sector que reunió a más de un centenar de asistentes, entre autoridades, fabricantes, distribuidores y proveedores, que analizaron las tendencias de futuro de uno de los segmentos que mayor dinamismo viene mostrando durante los últimos años dentro de la industria agroalimentaria. Un análisis estructurado en torno a distintas dimensiones: económica, ambiental, innovación en productos, innovación en comunicación y omnicanalidad.

A unos días de finalizar 2022, renovamos el compromiso del sector con un consumidor exigente y con una sociedad que afronta importantes retos económicos y medioambientales a los que queremos seguir aportando soluciones.

Os deseamos una Feliz Snackvidad y un 2023 repleto de buenas noticias.